MIGUEL HERNÁNDEZ, EL RAYO QUE NO CESA NI SE AGOTA
EL CAMINO DE UN POETA
Los poetas al sur de América, en el DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA, lo celebran en la figura de Miguel Hernández.
Este poeta de Orihuela, criador de pequeños hatos de cabras, tenía la vocación de decir en una sociedad clasista donde muy pocos del mundo rural accedía al conocimiento. En ese contexto nació el poeta.
Conoció el camino a las escuelas del Ave María y la doctrina de los Padres de la Compañía de Jesús, junto a José María Gutiérrez -Ramón Sijé-, un condiscípulo cuya influencia marcó sus primeros años.
Fue un alumno pobre, al decir de algunos, pero de un talento natural por las letras. Arrancado tempranamente del ambiente escolar, con solo 14 años, se llevó en el alma su amor por las lecturas, el ambiente de pastoreo y la naturaleza que supo dialogar con él.
Fue autodidacta. Sus lecturas irregulares llegaron de la mano de amigos y de los préstamos de las bibliotecas de los centros de recreo. Sin encauzar su gusto literario, descubre distintas lecturas que abarcaron folletines, literatura mística y poesías modernistas.
Ramón Sijé junto a otros amigos, reúne el dinero para que Miguel llegue a Madrid, ciudad donde despertará curiosidad en los círculos literarios por su imagen de poeta-pastor, la que resulta folklórica en el ambiente de la época.
Hernández se acercó en Madrid a los clásicos y Góngora fue para él lo más cercano a la belleza. De este modo, va dejando aquellos versos con aire bucólico y entra en el lenguaje de la metáfora.
Miguel Hernández, fiel a continuar avanzando por la vida, y sin permitir que las hostilidades lo paralicen, llega a su primer libro en 1933:"Perito en lunas", prologado por José Ramón Marín Gutierrez-Ramón Sijé-, quien gestionara la edición del poemario. Cuando regresa a su pueblo a presentar su libro, lo acompañan sus amigos de Orihuela, aquellos de las reuniones en la panadería de Carlos y Efrén Fenoll, junto a Jesús Poveda, Manolo Molina y Gabriel Sijé.
Vuelve a Madrid, luego de ese contacto auténtico con su gente de siempre y con los amigos que lo acompañaron en la infancia, años en los cuales era conocido como "alumno de bolsillo pobre"; retorna a la gran ciudad para trabajar en la Misiones Pedagógicas, recorriendo con esta actividad los pueblos. También trabajará en la redacción del diccionario taurino de José María de Cossio, para la Editorial Espasa Calpe.
Aquel mundo bucólico y este de las nuevas amistades y lecturas, lo llevarán por una poesía más fluida, abandonando poco a poco la influencia de Góngora.
Desde la Argentina, los poetas de esta región del Gran La Plata, Berisso y Ensenada, reclamamos que tus versos sigan iluminando y vuelvan al Memorial de las víctimas de la Guerra Civil Española. Madrid, la ciudad que lo recibiera, se debe poner en pie.Ángela Gentile-Norma Etcheverry